jueves, 28 de octubre de 2010

Ira


En la vida nos han enseñado que hay 7 pecados capitales. Todos conocemos los grandes... Gula, orgullo, lujuria. Pero no se escucha tanto hablar de la ira. Quizá sea porque creemos que la ira no es tan peligrosa, que se puede controlar. A donde quiero llegar es a que quizá no le demos a la ira suficiente importancia. Quizá pueda ser mucho más peligrosa de lo que creemos. Después de todo cuando se trata de comportamientos destructivos llegó a los 7 principales.

Así que ¿qué hace que la ira sea diferente a los otros 6 pecados capitales? Es muy simple realmente, te entregas a un pecado como la envidia, o el orgullo y solo te haces daño a ti mismo. Prueba la lujuria o la codicia y solo te harás daño a ti mismo y quizá a una o dos personas más. Pero la ira, ira es el peor de todos... el padre de todos los pecados... La ira no solo te puede llevar hasta el extremo, sino que cuando lo hace, puedes llevarte a demasiada gente contigo

viernes, 8 de octubre de 2010

EL DESTINO DE LOS HIJOS



Y una mujer que llevaba un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y el respondió.
Vuestros hijos no son vuestros hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de vosotros, mas no de vosotros y aunque vivan con vosotros, no os pertenecen.
Podéis darles vuestro amor, mas no vuestros pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos mas no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños os es dado visitar.

Podéis esforzaros por ser como ellos, mas no intentéis hacerlos como vosotros. Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.

Vosotros sois el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.
El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y os dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.
Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme; por eso vosotros tuvisteis la oportunidad de vivir vuestra vida y la libertad de amar y hacer tu vida.

Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues el fuego de su hogar, vive y deja vivir y ellos siempre te querrán.

GIBRÀN JALIL GIBRÀN